Chamuyo fue creado en el año 2011 con el espíritu de compartir entre amigos un auténtico asado argentino. En la tierra de los gauchos, cada asado tiene sus rituales, recordar viejas anécdotas es uno de ellos. Y para que el ambiente sea siempre relajado y de celebración, no puede faltar una copa de buen vino. Habrán temas prohibidos, cómo la política y la religión, y por supuesto, el fútbol.
El asador es la estrella principal, que como maestro de ceremonias, agasaja a los invitados con cada corte que sale de la parrilla. Al asado jamás se lo debe apurar, ya que esperar que la leña forme las brasas perfectas y que estas cocinen la carne, es una magia que se consigue con tiempo. Del talento del asador dependerá lograr el punto favorito de cada comensal.
Siempre después de disfrutar un buen asado, es tradición agradecer la destreza de quien cocina pidiendo “un aplauso para el asador”.